Escribir es una cosa, ahora bien: escribir bien… Esta es una cuestión que muchos atribuyen a la práctica, el trabajo duro y el esfuerzo; otros a la habilidad de conjugar semántica, sintaxis y conocimiento de la lengua; y los más atrevidos, incluso, hablan de una habilidad que “se tiene o no se tiene y no se puede trabajar”, un talento innato que solo algunos pueden disfrutar, desarrollar y explotar. Lo que está claro es que escribir bien es un placer; no solo para quien lo hace, también para quien lo disfruta.

En nuestro artículo de hoy te traemos una serie de consejos y técnicas para que, seas del tipo de escritor que seas, puedas apoyarte en la creatividad para conseguir elaborar y redactar ideas y textos únicos que fascinen a tus lectores y te ayuden a exprimir al máximo tu capacidad para contar historias, comunicarte correctamente en entornos personales y profesionales o elaborar argumentarios coherentes, precisos y genialmente descritos. ¿Te apuntas?¡Vamos a por ellos!

Juega con la información. Coge varios artículos de periódicos o revistas, recórtalos y mézclalos entre sí para conseguir titulares geniales, absurdos o divertidos. Una vez tengas tu propio titular, desarrolla una historia coherente en torno a él.

¿Un cuento al revés? ¿Qué sucedería si tu cuento favorito de la infancia se contase al revés de como lo leíste? ¿Y si Los 3 Cerditos hubieran sido aguerridos luchadores y hubieran acabado con el lobo a base de técnicas de kárate desconocidas hasta la fecha? Te propongo que hagas este ejercicio si quieres descubrir tu potencial creativo para narrar acontecimientos que nunca sucedieron.

Inventar palabras es divertido. ¿Qué sucedería si comenzamos a incluir prefijos y sufijos en palabras carentes de ellos? ¿Un sastre se convertiría en desastre? Esta técnica no solo nos sirve para crear nuevos términos coloquiales, también nos permitirá darles un estilo propio a nuestros textos y ser más originales a la hora de buscar y utilizar vocablos.

“Equivocar” los argumentos. No está indicada en todos los casos, pero esta técnica te puede ayudar a crear un foco de atención mayor entre tus lectores. Si sabes hacerlo bien, seguro que disfrutarán intentando averiguar qué ha dado pie al error y cómo va a finalizar una historia a priori inverosímil.

Pregúntate cómo podrías cambiar una historia. ¿Qué ocurriría si…? Esta es la cuestión. Si eres capaz de preguntarte y responder correctamente cómo cambiaría una historia modificando al azar el sujeto y el predicado, entonces estarás más cerca de tener una historia única. Por ejemplo: ¿Qué ocurriría si mañana fueras tú quien se despertase en la playa de Omaha el Día D?

En pareja, mejor. Si te hablo de una mesa de estudio posiblemente no te haga reír ni llorar, no te transmita emoción ninguna y no capte tu interés. Ahora bien, ¿Qué sucede si incluyo un pato en la ecuación? ¿A que ahora ya empieza a tener cierta gracia? ¡Y todavía no ha pasado nada! El pato que estudia. Podría ser una gran novela nacida de un binomio imprevisible, ¿no? ¿Por qué no escribes su historia?

¿Te han gustado estos consejos? Si te gusta la escritura creativa te animamos a dejarnos tus ideas y pareceres en nuestros perfiles sociales del Centro Universitario CIESE-Fundación Comillas para que toda nuestra comunidad pueda disfrutar de su lectura y ser mejor escritores cada día.