Toda lengua está sujeta a cambios semánticos. Las palabras no son “estáticas” y también evolucionan con el paso del tiempo. De no ser así, los hispanohablantes seguiríamos hablando en latín y no habrían surgido las diferentes lenguas romance como el español, francés, italiano, portugués, rumano y tantas otras. Como seguramente ya hayas observado, a lo largo de la historia no dejan de surgir nuevas palabras y significados.
Este es el tema que nos ocupa en el artículo de hoy. A continuación, os presentamos una serie de palabras cuyo significado primigenio dista mucho del actual y que estamos seguros os sorprenderán a todos. Todas estas acepciones están recogidas en el diccionario Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española a lo largo de los años que figuran entre paréntesis.
- Avión: pájaro conocido que por otro nombre le llama vencejo (1611)
- Semáforo: género de insectos lepidópteros de la familia de los nocturnos, compuesto por tres especies europeas (1855).
- Azafata: oficio de casa real que sirve una viuda noble y que tiene en su poder las alhajas y vestidos de la Reina (1611).
- Ordenador: el que ordena (1706).
- Formidable: horroroso, pavoroso y que infunde asombro y miedo (1780).
- Retrete: aposento pequeño y recogido en la parte trasera de la casa, y más apartada (1611).
- Alienígena: lo mismo que extranjero (1803).
- Trauma: herida, parte lastimada (1895).
- Enchufar: meter unos cañones dentro de otros, como sucede con los de las estufas, y con los arcaduces de las cañerías (1852).
- Bizarro: generoso, alentado, gallardo, noble de espíritu, lozanía y valor (1726).
- Adolescencia: la edad de los catorce a los veinticinco años (1770). La añadimos no por el cambio de significado en sí, si no por el cambio en la franja de edad.
- Siesta: el tiempo después del medio día, en que aprieta más el calor. Viene del latino sexta, por corresponder a esta hora (1739).
- Villano: aquel que mora en una villa (1495).
- Asesino: el que mata alevosamente. El que procede con doblez engañando a quien hace confianza de él (1803).
- Álgido: que hiela (1853).
- Ajuste: concierto, composición, tratado hecho de acuerdo y conformidad (1726 ).
- Mujer: la hembra del hombre, o de la naturaleza humana (1787).
- Bombilla: caña delgadita, muy fina y pintada que sirve para chupar con ella y beber el mate (Diccionario de Salvá, 1846).
Como habéis podido comprobar la definición desde aquel entonces hasta nuestros días ha variado mucho, y en ocasiones para bien.
¿Conoces más palabras que hayan variado tan drásticamente su significado a lo largo de la historia? Puedes contárnoslo a través de las redes sociales del Centro Universitario CIESE-Comillas.
Ahora evocad los diferentes significados de esta frase desde el hoy y el ayer: He dejado a la villana de mi mujer formidablemente sentada haciendo ajustes en el retrete porque en el exterior está lleno de aviones y semáforos.