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En primer lugar, y como bien reza el título de este artículo, la lectura debe suponer una actividad con la que se disfrute. Tanto por el simple hecho de leer, como por el contenido en sí mismo.
Vivimos un tiempo en que una gran mayoría de personas pasamos horas pegadas a nuestros dispositivos móviles y electrónicos. Y no siempre disfrutamos del placer de la lectura como debiéramos. Estamos excesivamente informados, recibiendo constantemente noticias de forma masiva.
La lectura es algo que llevamos a cabo de forma habitual casi sin darnos cuenta, como un acto reflejo en ocasiones. Leemos los mensajes que nos llegan al móvil, leemos los carteles publicitarios en supermercados, carreteras o mediante el bombardeo constante en internet. También leemos viendo los rótulos durante la emisión de las noticias en la televisión. Pero no nos referimos a este tipo de lectura.
Hoy queremos hacer referencia al hábito de lectura más primordial, aquel con el que verdaderamente disfrutamos. El que nos permite sumergirnos en la historia y evocar mediante nuestra imaginación las características de personajes, lugares, escenas, ambientes e incluso músicas u olores
Todo buen lector es, cuando menos, ínfimamente maniático a la hora de retirarse a disfrutar de un buen libro. Y es que lo primordial para disfrutarlo al 100 % es la ausencia de ruido y , a poder ser, soledad.
No obstante, estos no son los únicos factores que juegan un papel importante a la hora de dedicarse a este placer:
En el Centro Universitario CIESE-Comillas estamos a vuestra disposición a través de nuestras redes sociales si queréis aportar más ideas o recomendaciones de lectura a todos nuestros seguidores.